Columna: Lo que nos jugamos en las elecciones

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Por Lorena Saldías

Asistente Social y Presidenta del Partido Radical en Los Ríos

Este 15 y 16 de mayo no pasarán como un día cualquiera, ya que es la primera vez en la historia donde se definirá el curso de nuestro país, de nuestra región y de nuestras comunas, a partir de la decisión ciudadana en una mega elección. El camino para llegar a esta instancia sin duda no ha estado exento de inconvenientes, desde las dificultades que instaló la pandemia para que las candidaturas pudiesen compartir sus desafíos, compromisos y el despliegue de su campaña, hasta los continuos cambios de fechas (Octubre 2020, Abril 2021 y hoy Mayo 2021).

Como sea, por estos días la ciudadanía define qué historia desea escribir para adelante, ya sea en las diversas elecciones de constituyentes, gobernadores regionales, alcaldes y concejales. Los desafíos que poseerán las próximas autoridades, sin restarle mérito por supuesto a las elecciones anteriores, será de suma relevancia teniendo como ingrediente especial el contexto social, político, cultural y económico que estamos viviendo en Chile. Nuestro país está en una encrucijada de cambios que deben traducirse en conformidad a las necesidades reales de la ciudadanía.

Por un lado, la labor de las y los constituyentes será primordial, pues tendrán que plasmar en la nueva Constitución el Chile real, el Chile diverso y el Chile humano, donde el modelo neoliberal y el Estado subsidiario sean borrados como una pésima experiencia para miles de chilenos (as), dando paso a la igualdad de oportunidades, a políticas con mirada de equidad de género, a una economía que potencie el desarrollo pero con una mirada de dignidad a los trabajadores (as), donde la infancia y la adolescencia vean garantizado un futuro, donde existan pensiones dignas, donde la pequeña y mediana empresa tengan acciones de fomento, donde el Estado tenga una real incidencia en la educación, la salud, el trabajo y la economía entre otros temas relevantes que la gente plasmó con el dicho “Chile cambió a partir del 18 de Octubre del 2019”.

Sin perjuicio de lo anterior, los que tendrán la labor de gestionar pública y políticamente la región y las comunas será el o la gobernadora, alcaldes y respectivos concejales. Es primordial que nuestras nuevas autoridades implementen políticas acordes a las necesidades de nuestra región, que existan políticas con enfoque de género de manera que se asegure la vinculación y participación de las mujeres. Nuestra región requiere cambios sustanciales en las políticas y programas que tengan como objetivo enfrentar la absorción de mano de obra, en especial en época invernal, apoyando en especial a las mujeres. Lo mismo debería pasar con el emprendimiento, de manera de dar mayores facilidades también a las jefas de hogar. Pese a lo anterior, cuando todas las miradas se fijan en la reactivación económica, hay otro problema tanto o más generoso en tamaño. Se trata de la salud mental, factor que debería estar en la agenda o actividades de alta prioridad de nuestras nuevas autoridades.

El prestar ayuda en salud mental no es un bien tangible, no es un beneficio en bono o un recurso que ayude a levantar un negocio, pero será relevante pues hay en nuestro país y en cada una de nuestras comunas cientos y miles de personas que están presentantes diversos cuadros de patologías de ése tipo. Es primordial tener un equilibrio de prioridades respecto a las cifras o número, pero también en la salud mental de nuestros habitantes.
Hago un llamado a nuestra ciudadanía a votar informados, a analizar con detención los argumentos de las y los candidatos y, atender las potenciales “letras chicas” que puedan existir, en especial de las candidaturas de la derecha. Lo que se decide en estas elecciones es gran parte del futuro de Chile a corto, mediano y también largo plazo y ello impactará en nuestra vida cotidiana y en la de nuestros hijos (as).

Pero la elección no termina el 15 y 16 de Mayo, y que lo tengan claro las autoridades electas, ya que la ciudadanía está más activa que nunca y seremos un fiscalizador permanente para que su rol se realice con transparencia, probidad, participación ciudadana y en especial en que den cumplimiento a sus promesas electorales.

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